A menudo, cuando somos madres o padres, caemos sin querer en la trampa de comparar a nuestr@s hij@s con nosotros mismos (y con otras personas). “¿Por qué no es tan obediente como era yo?”, “Me gustaría que fuera más parecida a mí en esto o aquello”, “Yo no era así a esta edad”. Son frases que, si reconoces que las dices, pueden abrir la puerta a una reflexión muy necesaria: tus hij@s son personas únicas, con su propia esencia, sus tiempos, sus ritmos y su manera de ver el mundo.

Aceptar que tu hij@ no es una extensión de ti ni un «mini tú» puede ser difícil, especialmente cuando te pones expectativas basadas en tu vida, en tus sueños o incluso en tus frustraciones. Quieres lo mejor para ellos, claro que sí, pero a veces ese “mejor” está inundado por lo que tú entiendes como éxito, felicidad o progreso y no por lo que realmente necesita tu hij@ en su individualidad.

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Sigo. Cuando reconoces y respetas la singularidad de tus hij@s, abres un espacio de libertad y aceptación que favorece un vínculo más profundo y auténtico. ¿Por qué? Porque te permites observar sin juzgar, entender sin imponer y acompañar sin presionar. Esto no significa que dejes de educar o de poner límites, sino que lo haces todo desde el respeto y la comprensión hacia quién es realmente tu hij@.

Las comparaciones con otros niños o contigo misma, aunque puedan parecer inofensivas, afectan a su autoestima y confianza. Si un niño percibe que nunca es suficiente o que debe ajustarse a un modelo ajeno para ser aceptado, puede comenzar a desconectarse de su esencia y de su motivación natural. Por eso, nuestra tarea como padres conscientes es aprender a soltar esas expectativas rígidas y a celebrar lo que hace único a cada hij@.

Seguramente tu hij@ tiene talentos diferentes a los tuyos, su forma de aprender es otra, necesita más (o menos) tiempo para algunas cosas o sus intereses no coincidan con los tuyos. Y eso está bien. De hecho, es maravilloso. Al respetar y valorar esas diferencias, le estás enseñando que está bien ser auténtico, que no tiene que encajar en un molde preestablecido para ser querido y valorado.

Aceptar la individualidad de nuestros hijos también implica una dosis de humildad. Nos invita a cuestionar nuestras propias creencias y a estar abiertos a aprender de ellos, a ver el mundo a través de sus ojos y a crecer junto a ellos en este proceso. En lugar de querer moldearlos para que sean “como tú” o “como deberían ser”, puedes acompañarlos en el descubrimiento de su propia identidad, fomentando su autonomía y su autoestima.

Esta reflexión no es algo fácil, requiere práctica y paciencia, tanto hacia tus hij@s como hacia ti misma. A veces te surgirán dudas, frustraciones o miedos. Es normal, pero cada vez que elijas soltar una expectativa o una comparación y optar por la aceptación y el respeto, estarás favoreciendo su desarrollo emocional y que crezca sintiéndose seguro y querido tal y como es.

Quizá te ayude recordar que no eres perfecta y que tu hij@ tampoco tiene que serlo. Los dos estáis en un camino de aprendizaje y crecimiento. Permítete disfrutar de lo que lo hace único y de sus manera de expresar el mundo que lleva dentro. No necesitas que sea una copia de ti, solo necesitas mirarlo con ojos atentos, corazón abierto y mente dispuesta a comprender.

Cuando realmente aceptas que tu hij@ es alguien diferente a ti, te das la oportunidad de construir una relación más genuina y respetuosa. Le das el espacio para que se conozca, se valore y se quiera a sí mismo, y eso es uno de los mayores regalos que podemos ofrecer como madres y padres.

Así que la próxima vez que sientas el impulso de compararlo o de desear que sea diferente, recuerda lo bonito que es que sea único. Que tu amor y tu aceptación incondicional son las bases que sostienen su crecimiento y su felicidad. Porque, al fin y al cabo, lo que más quieren tus hij@s es sentirse vistos, comprendidos y aceptados por ti, sin tener que cambiar ni ser otra persona.

Si, después de leer esto, crees que a menudo intentas cambiar a tus hij@s y te gustaría educarlos con más conexión auténtica entre vosotros, reserva una e-reunión gratuita de 15min GRATIS conmigo, te escucharé y te explicaré cómo puedes empezar tu viaje estelar hacia el universo de la Disciplina Positiva.

Estaré encantada de acompañarte. La Disciplina Positiva te cambiará la vida, ya verás.

Un abrazo fuerte,

María