La semana pasada, en una asesoría…

Una mamá (muy preocupada porque no conseguía mantener una conversación con su hija sin gritar): es que quiero que mi hija me escuche cuando la hablo.

Yo: ¿tú la escuchas con atención cuando te habla?

Mamá (con los ojos como platos): creo que sí.

Yo: piensa que eres su máximo referente y que dar ejemplo es la única manera de educar.

Lo mismo ocurre con los padres y madres que quieren que sus hijos lean y ellos no leen nunca, o los que quieren que sus hijos les hablen con respeto y ellos hablan siempre gritando. Qué incoherencias, ¿verdad?

Últimamente está muy de moda decir que la mejor manera de educar es con el ejemplo, y yo me pregunto: claro, ¿cómo si no? ¿cómo podemos pretender educar sin dar ejemplo?

Nada influye tato en el aprendizaje y en el desarrollo de un niño como los modelos y las referencias que tiene a su alrededor. Ni las palabras, ni las normas, ni los castigos… Así que, con todo el cariño de mundo, te pido que te revises primero a ti antes de corregir a tus hijos una y otra vez.

¿Cómo hablas? ¿Cómo actúas?

Empieza a actuar como te gustaría que actuaran ellos y verás cuánto cambian sus comportamientos. ¿Por qué? Porque te están mirando y copiando siempre, desde que se despiertan hasta que se acuestan. Todo el día. Cada día.

Ahora bien, no vayas a sentirte asfixiada mientras lees estas líneas pensando que tienes que hacerlo todo perfecto porque tus hijos te van a imitar. Nada más lejos de la realidad. Cuando te equivoques (que obviamente pasará, porque eres humana y tiene que pasar), también puedes aprovechar la ocasión para enseñarles algo con eso. Por ejemplo: «lo siento por haberte gritado, me he puesto demasiado nerviosa y no he respirado antes de hablar. Justamente así es como no me gusta que me hables».

¿Sabes cuánto van a aprender de esta situación? Muchísimo. Igual que aprenderán a solucionar sus problemas observando cómo resuelves tú los tuyos o a hablar con respeto si tú les hablas así no sólo a ellos, sino también a sus abuelos, a sus tíos o a sus profes.

Ahora quizás te estás sintiendo culpable porque has visto que no eres un buen modelo para tus hijos. No te lamentes, sino toma acción.

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No te preocupes si tienes la cabeza como un bombo porque has leído mucho sobre esto y no sabes por dónde empezar, yo también estuve en ese punto. El primer paso es éste: sólo tienes que reservar una e-reunión de 15min gratis conmigo.

Estaré encantada de acompañarte. La Disciplina Positiva te cambiará la vida, ya verás.

Un abrazo fuerte,

María