Hoy quiero que reflexionemos juntas sobre una palabra simple pero muy poderosa que puede cambiar la forma en la que miras a tu hij@. Es una palabra que tiene el poder de transformar la frustración en paciencia, la exigencia en confianza y la impaciencia en amor.

La palabra es: TODAVÍA.

Ahora me gustaría que pensaras…

¿Cuántas veces has dicho (o pensado) frases como éstas?

“Mi hijo no sabe compartir”.

“Se frustra por todo”.

“No es capaz de dormirse sola”.

“Siempre me desafía”.

Ahora, prueba a añadir «todavía»:

“Mi hijo no sabe compartir… todavía”.

“Se frustra por todo… todavía”.

“No es capaz de dormirse sola… todavía”.

“Siempre me desafía… todavía”.

Algo cambia, ¿verdad? Ya no es una sentencia definitiva, sino un proceso. Ya no es un “es así”, sino un “está en camino”.

Es fácil de entender. Tus hijos no nacen con todas las habilidades que esperabas de ellos, las están desarrollando poco a pocoY esto a veces, como adultos, lo olvidamos.

Te impacientas porque aún no saben gestionar sus emociones, porque cuando se frustran lloran desconsoladamente, porque no entienden que hay que esperar o porque repiten una y otra vez la misma conducta que intentas corregir.

Te desesperas porque quieres que te escuchen, que obedezcan, que hagan las cosas «bien» desde el primer momento. Pero estás olvidando que su cerebro aún está en construcción.

Si un bebé que está aprendiendo a caminar se cae varias veces, no dices:

“Nunca va a aprender a caminar”.

“Lo hace para fastidiarme”.

“Ya debería saberlo”.

Sabes que es parte del proceso. Pues cuando se trata de habilidades emocionales, pasa lo mismo. También llevan su tiempo.

Entonces, a partir de ahora, cuando pienses que tu hij@ «siempre» tiene rabietas, «nunca» escucha o «no es capaz» de hacer algo, añádele un «todavía».

El todavía te recuerda que tu hij@ no lo ha aprendido del todo, pero está en camino. Y lo que más necesita de ti es confianza en su proceso.

Así que la próxima vez que sientas frustración porque tu hij@ no ha logrado algo, respira y dite a ti misma: todavía no lo ha aprendido, pero lo hará. Y en lugar de corregir desde la impaciencia, acompáñalo con amor y seguridad.

Porque la crianza no se trata de exigir que sean hoy lo que aún están aprendiendo a ser.

Ahora piensa, ¿qué todavía necesitas recordarte hoy?

Si, después de leer esto, te gustaría tener más paciencia con tus hij@s pero te das cuenta de que los marrones del día a día pueden contigo, reserva una e-reunión gratuita de 15min GRATIS conmigo, te escucharé y te explicaré cómo puedes empezar tu viaje estelar hacia el universo de la Disciplina Positiva.

Estaré encantada de acompañarte. La Disciplina Positiva te cambiará la vida, ya verás.

Un abrazo fuerte,

María