¿Hay noches en las que te vas a dormir desesperada porque no has hecho más que reñir y gritar a tus hij@s? ¿A veces incluso notas un nudo en el estómago?
Hoy quiero aconsejarte un cambio que a mí me ha ayudado mucho a irme a la cama sintiéndome menos culpable y mucho más satisfecha: buscar soluciones con mis hijos. Cuando tenemos un problema o un conflicto en la familia, hablamos sobre qué podemos aprender de lo que ha pasado. En vez de buscar culpables, buscamos soluciones.
Buscar soluciones favorece el desarrollo de muchas habilidades de vida que todas las madres y los padres queremos que tengan nuestros hijos en un futuro: ser responsables, tener autoestima, ser respetuosos, empáticos, defender sus opiniones, ser perseverantes… En resumen, nos sentimos mucho más satisfechos y felices.
Reconozco que es un cambio de chip importante, pero vale la pena, porque así les enseñarás a tus hij@s que todos nos equivocamos y que eso no es algo negativo. Si os enfocáis en buscar soluciones juntos para la próxima vez que ocurra, verán que equivocarse sirve para aprender. También aprenderán que vale la pena intentar mejorar y luchar por las cosas.
Además, si dejas de buscar culpables, conseguirás que se sientan muchísimo mejor, porque no dañarás su autoestima con acusaciones como «¡es que siempre igual, no hay manera de que aprendas a recoger tus juguetes!» o «¡ya sé quién debe haber sido, eres un patoso!«.
Estas frases te suenan, ¿no? Les hacen sentir muy incapaces, porque se creen que son unos inútiles o que tienen muchos más defectos que cualidades. En cambio, las madres y los padres queremos justo lo contrario para nuestros hijos: apoyarles, que se sientan queridos, con seguridad y una buena autoestima. Que sean felices, vamos.
No olvides nunca que eres su ídolo y lo que piensan de sí mism@s se basa en la imagen que tienes tú de ell@s y que, muchas veces, les expresas.
Eres un desastre, eres muy despistada, eres un gamberro, eres una envidiosa, eres un cero a la izquierda, eres una tozuda… Mucho cuidado, presta atención a tus palabras, que les afectan mucho más de lo que piensas. Lo aprenden todo de ti: lo que les enseñas, lo que les haces sentir y lo que les dices.
Así que, cuando te acostumbres a buscar soluciones en vez de culpables, te seguirás acostando cansada, porque eres madre y eso es inevitable, pero cansada y satisfecha. Y no es lo mismo acostarte cansada y satisfecha que cansada y desesperada, te lo aseguro.
Si eres de las que muchas noches te acuestas cansada y desesperada, quieres hacer las cosas de otra manera pero no sabes por dónde empezar, mi curso Familias en Órbita es para ti. Te entiendo perfectamente, porque yo también estuve ahí.
Trataremos éste y muchos otros temas que te ayudarán a seguir avanzando en la educación de tus hij@s con más seguridad y menos culpabilidad.
No te preocupes si te has informado y has leído mucho pero no sabes por dónde empezar. Inscríbete a Familias en Órbita, serán 4h muy bien invertidas en las que aprenderás herramientas educativas muy prácticas y cómo empezar a aplicarlas en la educación de tus hijos.
¡Me encantará verte ahí!
Un abrazo fuerte,
María