Hace unos días, en una asesoría, conocí a una madre que se sentía muy culpable. Últimamente su hija la llevaba muy al límite porque hacía justo lo contrario de lo que le pedía y la madre no podía más y la gritaba, la amenazaba… Acudió a mí porque tenía miedo de no estar haciéndolo bien, estaba frustrada y llena de dudas.

Esa madre podrías ser tú, podría ser yo, podríamos ser cualquiera de nosotras.

Cuando ya terminábamos la asesoría, con los ojos llorosos, me preguntó: ¿cómo puedo hacerlo bien? Sólo quiero ser una buena madre y que mi hija crezca feliz.

Yo le respondí que lo más importante es transmitir a nuestros hijos que les queremos incondicionalmente. La palabra «incondicionalmente» quiere decir «sin condiciones», hagan lo que hagan, pase lo que pase. Obviamente todas las madres y padres queremos incondicionalmente a nuestros hijos, pero ¿se lo decimos? ¿se lo transmitimos siempre? ¿en los buenos y en los malos momentos?

Cuando tu hijo haya hecho algo que no está bien, después de dejarle bien claro el límite (con respeto), cuando ya estéis los dos tranquilos, le puedes decir: ya hemos hablado de que lo que has hecho no ha estado bien, pero ya sabes que mamá te quiere igualmente, pase lo que pase y hagas lo que hagas.

¿Sabes la seguridad que le dará saberlo? Quizás, incluso te preguntará: ¿pero igualmente me quieres? porque le sorprenderá.

Y no te creas que por decirles esto después de un mal comportamiento se te toreará o te tomará el pelo. Para nada. El amor no malcría, esto es algo que tenemos mal entendido. Tu amor incondicional es un regalo que se llevará para siempre.

Cuando nuestros hijos sean adolescentes (y adultos), se mirarán como fueron mirados. Las madres y los padres somos el motor de arranque de su autoestima y de su seguridad. Si desde pequeños saben que les aceptamos y les queremos tal como son, ellos también se aceptarán y se querrán.

Si te has sentido identificada con esta madre porque muchas veces te sientes culpable y llena de dudas, tengo la solución: inscríbete a mi curso de 4h Familias en Órbita.

Son 4h que marcarán un antes y un después en tu familia. Tus hij@s te lo agradecerán y tú también.

Un abrazo fuerte,

María