Hay quien dice que educar a nuestros hijos es como una montaña rusa: hay momentos de subida y momentos de bajada. Yo hace un tiempo llegué a otra conclusión: educar se parece mucho a intentar hacer el cubo de Rubik.
Hoy me he puesto un poco filosófica y verás que este artículo te hará pensar y llegar a la conclusión de que educar es el viaje que emprendemos hasta que conseguimos que todas las caras del cubo sean del color que les corresponde.
¿Y qué hay en las caras del cubo de Rubik cuando educamos? Pues la comunicación con nuestros hijos, la confianza, la conexión, la unión entre nosotros.
Cuando educamos a nuestros hijos, vamos moviendo los cuadraditos de colores. Seguimos nuestro instinto. Algunas veces, con más paciencia que otras, algunas veces con más seguridad que otras, algunas veces con más apoyo que otras, pero siempre con la mejor de nuestras intenciones y con todo nuestro amor.
Lo que ocurre es lo siguiente: las madres y padres queremos que nuestros hijos sean buenas personas, responsables, respetuosos, independientes, con autoestima… (la lista podría ser interminable). Pero que lo sean ya, porque nosotros lo damos todo para que así sea. Volviendo al cubo de Rubik, todos tenemos muy claro que no se termina en cinco segundos, ¿verdad? (a no ser que seas el nº1 del mundo, claro). Pues lo mismo pasa con la educación de nuestros hijos. No podemos pretender que sea fácil y rápida, porque es un viaje muy largo.
Hasta que conseguimos que cada cara del cubo sea del color que le corresponde, pasamos por muchas etapas: etapas de ilusión porque ya hemos conseguido hacer una línea (qué bien, ya ha entendido que tiene que recoger los juguetes), etapas de impaciencia porque no nos sale tan rápido como esperábamos (cómo puede ser que no sea capaz de dormirse sola), etapas de alegría porque hemos entendido la estrategia (qué maravilla, ya he descubierto cómo podemos volver a conectar después de una rabieta) y también etapas de desesperación porque no tenemos ni idea de cómo continuar (no entiendo por qué no puede parar de fastidiar a su hermano).
Así que, cuando estés desesperada o frustrada, piensa que es totalmente normal que vayas pasando por todas las etapas. Lo importante es entender cómo puedes ir superándolas.
No olvides que educar es como hacer el cubo de Rubik. No seas impaciente. Paso a paso.
Si te sientes muy perdida porque no sabes cómo avanzar con tu cubo de Rubik y tienes un lío de cuadros de colores de narices, te entiendo perfectamente, yo también estuve ahí.
Para salir de esta situación, reserva una e-reunión gratuita de 15min conmigo, te escucharé y te guiaré en tu viaje estelar hacia el universo de la Disciplina Positiva
No te preocupes si no sabes por dónde empezar, yo también estuve en ese punto. El primer paso es éste: sólo tienes que reservar una e-reunión de 15min gratis conmigo.
Estaré encantada de acompañarte. La Disciplina Positiva te cambiará la vida, ya verás.
Un abrazo fuerte,
María